Claves para la Comunicación con Gatos
La comunicación felina
Los dueños de los gatos probablemente estén plenamente sintonizados con el lenguaje corporal de sus mascotas, pero de vez en cuando, los felinos pueden sorprendernos. A veces, con sus colas.
Cuando observamos a nuestro gato mientras duerme, alguna vez nos hemos dado cuenta de que su cola daba golpecitos como si estuviera disfrutando de una música inaudible, enviando una señal dispar.
Así que, ¿cómo descodificamos este mensaje?
Un gato que se echa una siesta y da golpecitos con su cola, por ejemplo, está «relajado en general pero presta atención a algo que ocurre a su alrededor, un sonido o un movimiento», así que está tranquilo pero apenas adormecido.
Si realmente está durmiendo el movimiento de la cola podría significar que está soñando.
Una cola que se agita en el caso de un gato alerta puede significar nerviosismo, agresión potencial o un mensaje de «¡no tocar!»
En un gato calmado, una cola recta con la punta en forma de gancho es un saludo amistoso, mientras que un gato agresivo simplemente tendría su cola totalmente recta. Un gato temeroso tendrá la espalda arqueada y «su cola en alto y abombada».
Una curva hacia abajo puede significar que está a la defensiva mientras que un gato relajado llevará «su cola en una posición neutral o baja».
¿Por qué los gatos deciden huir de repente como si llegasen tarde a una cita en otra habitación?
Estos estallidos de energía, que a veces se denominan «zoomies», son «probablementeválvulas de escape para la excitación acumulada», la frustración, el miedo o la energía contenida.
Los gatos «necesitan gran cantidad de estimulación y enriquecimiento», y si estuvieran fuera estarían trepando árboles y cazando. Nuestros hogares son más seguros pero no demasiado estimulantes, o quizá la estimulación no sea amena, como por ejemplo si les persiguen niños.
Los gatos también son crepusculares, lo que significa que son más activos al alba y al anochecer. El resto del tiempo, duermen o se echan siestas, acumulando esa energía que tanto nos confunde.
Fuente: National Geographic.
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