La Comunicación con mi Perro

Seguro que te habrás preguntado alguna vez cómo comunicarte con tu perro y cómo conseguir que te entienda a la primera. Tal vez también si te entiende y si sabe lo que les estas diciendo. Es muy listo y de eso no me cabe la menor duda, pero…

¿Mi perro me entiende y sabe lo que le estoy diciendo?

Seguramente pienses que te entiende porque unas veces parece que te mira atentamente prestándote la mayor de las atenciones, otras veces agacha las orejas con cara de circunstancia, otras te pone ojitos con carita de pena buscando tu perdón, otras te mueve la cola poniendo su sonrisa en la cara…

El tono de voz que utilizas cuando te diriges a tu perro es determinante y más allá de comprender el significado de tus frases, lo que hace es analizar “el tono de voz” con el que las dices, es decir, de manera inevitable lo que tu sientes se lo transmites a través de tu voz. Si es una regañina lógicamente tú no estás contento por lo tanto no es ese tono cariñoso con el que le ofreces una galletita o le dices lo mucho que le quieres.

Ya he comentado en otros artículos que “tu voz es lo que más directamente te conecta con las emociones de tu perro” por eso, ante un tono cariñoso tu perro moverá la cola pero ante un tono arisco agachará las orejas.

 

La comunicación no verbal

Este es el idioma más internacional y seguro que no necesita de un diccionario en ningún país del mundo. Es la comunicación no verbal o lo que es lo mismo los gestos que utilizamos mientras hablamos. Utilizamos prácticamente todo nuestro cuerpo para dar apoyo y énfasis a lo que estamos diciendo, cuando digo todo es todo. Por ejemplo el presentador de un informativo inmóvil sentado tras una mesa solo con los movimientos de su cabeza y los gestos que hace con la cara, ayuda a interpretar el mensaje aunque el volumen de la televisión esté muy bajo. ¿Verdad que parece que empatizamos más con la noticia? Claro, si sonríe la noticia es buena aunque sea “Ruso”, no tienes ni idea de lo que está diciendo pero sabes que es bueno.

 

Pero, ¿los perros aprenden idiomas?

Si, el Español, el Inglés, el Chino e incluso el Ruso. Puedes decirle lo que quieras en cualquier idioma que seguro que te entiende. No es necesario llevarlo a una escuela de idiomas porque el suyo es internacional. ¿Sabes cuál es su idioma? El Perro, ellos hablan perro. Es un idioma rico en “gestos” y a través de él se han comunicado generaciones sin necesidad de un aprendizaje previo.

 

 

La capacidad de observación de los perros

Cierto es que pueden aprender, comprender y memorizar muchas palabras, tal vez 200 sea un número muy razonable para hacerte ver su potencial, pero sin lugar a dudas cuando tu perro las va aprendiendo está utilizando “su capacidad de observación” para ver qué movimientos estás haciendo con tu mano, tu dedo, tu cabeza, o cualquier otra parte de tu cuerpo mientras la dices. Incluso podría añadir a esta lista el lugar al que miras. Un ejemplo muy sencillo es que esa palabra queda asociada al movimiento de tu dedo indicando el camino a seguir.

Muchas veces nos reímos en clase porque hago que el perro se siente pronunciando la palabra “cafetera”. Ni más ni menos lo que hago es señalar con el dedo hacia la parte trasera de la cabeza del perro mientras pronuncio la palabra cafetera. Otras veces lo hago en absoluto silencio. No es magia, es su capacidad de observación. Hazlo y te sorprenderás. (Cierto es que con el tiempo la palabra utilizada queda aprendida, asociada y memorizada de manera que con las manos atrás solo con pronunciarla el perro se sienta porque ya comprende su significado, pero esto necesita bastantes repeticiones)

 

¿Qué hacer para que mi perro me entienda?

Y en cuanto a los sermones que recibe, cuando te dispongas a “explicar” algo a tu perro porque se ha portado mal, no es necesario que le eches un sermón diciéndole lo malo que es. Puedes hacerlo si eso hace que te sientas mejor pero recuerda que al buen entendedor con pocas palabras basta. Así son los perros, son unos buenos entendedores. Una palabra de amonestación como FUERA, BAJA, SUELTA, QUIETO… sería suficiente siempre y cuando fuera acompañada con un buen gesto indicando el camino a seguir. Por ejemplo, si se ha subido al sofá y tú no quieres que lo haga debería bastar con un BAJA y con tu dedo señalando hacia el suelo, tu actitud firme y tu tono de voz imperativo. Claro, tal vez tu perro te haya cogido el puntito y sabe cómo torearte pero si esto lo repites tantas veces como sea necesario para que el mensaje le llegue, lo conseguirás.

El canal de comunicación mejor si no tiene interferencias

Recuerda que el canal de comunicación que estás estableciendo con tu perro no debe tener interferencias (sermones, gestos incoherentes, gritos, tono de voz incorrecto y un largo etcétera)  de lo contrario el mensaje no le llega adecuadamente perdiendo la motivación, entorpeciendo su aprendizaje y poniendo obstáculos a su capacidad de entenderte “a la primera”.

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